
La sede Cipriano Cárdenas se reúne en un espacio de gozo celestial para conmemorar la fiesta de amor, que los cristianos católicos llaman Ágape Pascual.
Los 120 educandos y las docentes celebran la Palabra de Jesús resucitado, cantan, alaban, oran y comen el mismo pan y vino que se instituyeron en la última cena.
La compañía y Orientación del sacerdote son factor clave de ambientación a la actividad.
Se evidencia el júbilo de los niños ante la emotiva celebración que finaliza con reflexión y una memoria para cada educando.
La dimensión espiritual se fortalece desde la escuela, apuntando al mejoramiento institucional.